Visitar el edificio Chrysler, uno de los rascacielos más emblemáticos de New York, es una de las cosas que toda persona que viaja a la gran manzana debe hacer. Ya sea por las impresionantes vistas que hay desde su mirador, por lo que significó en una de las épocas de mayor esplendor de la ciudad o porque te interesa la historia de este rascacielos, cualquier motivo es bueno para hacerle una visita y subir a su cima.
En este artículo voy a ofrecerte toda la información que tengo sobre cómo deberías visitar el edificio Chrysler para tener la mejor experiencia posible, dándote consejos y sugerencias para que disfrutes en este lugar con tanto encanto.
Conoce el edificio Chrysler de Nueva York
Encabeza la lista de mejores ejemplos de arquitectura Art Deco en todo el mundo. Además, con casi 320 metros de alto fue durante varias décadas el techo del mundo hasta que llegó el Empire State Building. Hasta la fecha, aunque su estructura interna es de acero, ostenta el honor de ser el edificio de ladrillo con más altura.
Este terreno está ubicado en el lado este de Manhattan, en la intersección de la calle 42 y la avenida Lexington. Su entrada principal se encuentra por la 405 Lexington Avenue, frente a la Grand Central Station y cabe destacar que el edificio dispone también de accesos por las calles 42 y 43.
Es un edificio muy importante y emblemático de la ciudad. Sus características principales las podemos resumir en:
Exterior
La torre Chrysler está construida en forma de pirámide escalonada, dado a que en el año 1930 seguía vigente una ley promulgada en Nueva York de 1916, que exigía este tipo de estructura en los edificios muy altos para no privar de iluminación solar las calles.
Su dueño, Walter P. Chrysler cuando encargó el edificio quería que quedara claro que fabricaba automóviles, lo que convierte a esta estructura en un rascacielos con un estilo único. Esto se puede comprobar ya que se encuentra decorado con águilas diseñadas por un colega de Van Allen y hechas de acero Nirosta, tapacubos que adornan la fachada y cubiertas de radiadores inspirados en los modelos Chrysler de la época.
El edificio Chrysler de New York está convenientemente ubicado en el centro de Manhattan, por lo que se sitúa cerca de muchos lugares de interés, como por ejemplo, Grand Central Station, Biblioteca Pública de New York, Bryant Park, Empire State Building, Times Square, Centro Rockefeller, Edificio de las Naciones Unidas o Waldorf Astoria.
Interior
En el momento de su inauguración el vestíbulo del Chrysler Building disponía de un elegante restaurante y una cafetería, así como una maravillosa decoración que fascinaba a sus visitantes. Tiene entradas por tres lados, por la avenida Lexington, por la calle 42 y por la calle 43.
Cuando el Chrysler Building se inauguró en 1930, en el piso 71 había un alucinante mirador art déco llamado “Celestial”. Tenía paredes inclinadas decoradas con estrellas, planetas y lámparas colgantes con forma de Saturno.
Subir costaba 50 centavos de la época, pero se cerró al público en el año 1945 de forma definitiva porque los ingresos que generaba no eran rentables, ya que el mirador del Empire State le hacía la competencia y era más atractivo.
Actualización: Está proyectado que en los próximos años abra un nuevo mirador en las plantas 61 y 62, pero hasta el día de hoy no se ha completado la reforma y no está abierto al público.
Visitar el edificio Chrysler y su mirador
Lo primero que tienes que saber es que el edificio se encuentra en el número 405 de Lexington Avenue, entre la calle 42nd y 43rd. Para llegar a la torre Chrysler, puedes tomar el Metro de Nueva York, líneas 4, 5, 6, 7. Estación Grand Central, Calle 42.
Hoy en día, el edificio solo alberga oficinas y no pueden visitarse por dentro esas plantas, pero sí podemos acceder al hall de entrada de lunes a viernes de 8:00h. hasta las 18:00h. La entrada es totalmente gratuita, por lo que puedes entrar sin problema a la recepción de este edificio ya que el personal de seguridad está más que acostumbrado a recibir turistas. Tomando en cuenta que se trata de una torre de oficinas, quizá te pidan que no tomes fotos.
En el vestíbulo destaca la decoración de acero inoxidable, granito y revestida de mármol marroquí rojizo. En el techo, podemos ver un precioso mural que representa la habilidad manual, el progreso, la energía, y a su vez, escenas de la línea de ensamblaje de Chrysler. También podemos encontrar otros detalles interesantes como los carteles con la historia que hay detrás de la construcción de este emblemático edificio, así como varias curiosidades.
El vestíbulo tiene una gran altura de aproximadamente 10 metros y en ambos lados hay unas escaleras por las que puedes acceder a la planta inferior donde encontrarás una galería comercial a la que puedes entrar para hacer las compras que consideres.
El edificio cuenta con 32 ascensores, todos decorados de forma particularmente diferente, y que además, fueron en su época los más veloces de New York, viajando a una velocidad de 330 metros por minuto.
El dentista de la planta 69
Como te acabamos de decir, todavía no está abierto el nuevo mirador del edificio, por lo que sólo hay una manera de subir hasta una de sus plantas, en concreto a la 69. Éste pequeño truco (la única forma extraoficial de llegar a lo alto del edificio) para aquellos que quieren entrar en el edificio Chrysler y tener una gran vista de Manhattan es solicitar una cita con el dentista.
Tiene su consultorio en la planta 69 y desde allí podrás ver el skyline de la ciudad, algo que nadie más puede. ¡nada mejor que obtener una limpieza dental con espectaculares vistas a la ciudad! Algo que definitivamente vale la pena hacer.
Por cierto, si estás pensando en visitar el Chrysler tienes que saber que hay muchos puntos interesantes en los alrededores y varias actividades que puedes hacer y que yo mismo te recomiendo:
- Tour por Grand Central Terminal
- Tour por Midtown Manhattan
- Entrada al Top of The Rock
- Entrada al Empire State
¿Cómo será el nuevo mirador del edificio Chrysler?
El mirador (que se llamará Chrysler Building Observation Deck) se situará en la planta 61 del edificio y estará formado por dos terrazas situadas en los lados norte y sur, sobre las ocho gárgolas con forma de águila que podrás ver en los cuatro lados de la torre. Estas terrazas ya existen pero son de uso particular, por lo que habrá que reformarlas para que puedan recibir a los turistas.
Se van a cambiar todas las ventanas y se pondrán grandes ventanales de suelo a techo para que se puedan hacer fotos perfectas sin que nada moleste. Además, para que esté en consonancia con el estilo art déco del edificio, el mirador incorporará elementos modernos y actuales.
Se espera que el mirador tenga elementos interactivos y educativos como pantallas, murales y puntos de información que hablen sobre la historia del Edificio Chrysler y su arquitectura.
¿Cómo llegar al edificio Chrysler?
El Edificio Chrysler está en pleno centro del Midtown Manhattan y puedes llegar hasta él de muchas formas distintas, como son el metro, autobús, o caminando. Su dirección exacta es:
Dirección
405 Lexington Avenue
New York, NY 10174
Entre las calles 42 y 43
Metro
- Líneas 4, 5, 6, 7 y S: Bájate en la estación Grand Central – 42nd Street y estarás a poco más de una manzana.
- Línea 7: Debes bajarte en la estación 5th Avenue – Bryant Park, y caminar hacia el este.
- Línea B, D, F, M: Bájate en la estación 42nd Street – Bryant Park y camina unos minutos hasta el edificio.
Autobús
- M42: Este autobús cruza la calle 42 y te deja muy cerca del Chrysler.
- M101, M102, M103: Estas líneas van por la avenida Lexington y paran cerca.
Taxi
Es la mejor opción en caso de querer un viaje directo, cómo y rápido. Es el medio más caro y hay que tener en cuenta que no se debe coger en hora punta cuando el tráfico de Manhattan es muy alto porque puedes sufrir retrasos.
Andando
Es la opción que más me gusta porque así tienes la oportunidad de conocer las calles de Manhattan. El Edificio Chrysler está cerca de muchas otras atracciones, como la Biblioteca Pública de Nueva York y Bryant Park, por lo que es fácil incluir una visita en tu recorrido a pie por la zona.
Curiosidades del Chrysler Building
Algunas de las curiosidades más interesantes del edificio son las siguientes:
- En 1976 fue declarado Monumento Histórico Nacional por la UNESCO.
- Durante la época, era normal que al llevarse a cabo construcciones de este tipo hubieran obreros fallecidos. Aunque el edificio se construyó a toda prisa nadie falleció.
- En el hall de entrada del edificio se puede ver el primer reloj digital de la historia.
- Walter P. Chrysler no había concebido al edificio Chrysler como un activo inmobiliario de su empresa, sino como una propiedad privada para heredar a sus hijos que no estaban interesados en los automóviles.
- Tras la muerte de Walter Chrysler en 1940, su familia heredó el inmueble y fue vendido en 1953.
- El terreno donde se sitúa el Chrysler Building, pertenece a La universidad Cooper Union.
- En un principio, la cima que King Kong iba a escalar era la del Edificio Chrysler. Sin embargo, con la finalización del Empire State Building, se optó usar el edificio más alto del mundo.
Historia del edificio Chrysler
El constructor, William H. Reynolds, quería construir el rascacielos más grande del mundo llamado “El Chrysler Building”. Para ello, contrató al arquitecto William Van Alen, quien tenía la tarea de edificar en un terreno concedido en 1928 al Sr. Reynolds.
Van Alen, tomó el proyecto con mucha seriedad y se propuso a diseñar un edificio Art Deco. Sn embargo a finales de 1928, Reynolds declaró que no podía continuar el proyecto por falta de financiación.
Fue allí cuando Walter P. Chrysler compró el proyecto, quien deseaba que la torre fuera totalmente representativa de su compañía multinacional de automóviles. El arquitecto así lo hizo y adaptó su diseño al mundo del automóvil.
En la mitad de la década de 1920, se vivía el auge de hacer la carrera al cielo: todos querían construir el edificio más grande de New York y del mundo entero. Así que el Chrysler Building tendría competencia en el momento de su construcción con otras torres contemporáneas, una de ellas sería el Empire State Building, edificación que once meses después lo superaría en altura.
También competía con el Bank of Manhattan Trust Building, cuyo arquitecto era Harold Craig Severance, un antiguo socio de Van Allen. Cuando terminó el proyecto de Severance, proclamó su victoria al haber construido “el edificio más grande del mundo”. Pero no contó con que la altura final del proyecto del Chrysler se mantuvo en secreto: al final se añadió la famosa aguja que adorna al edificio con 300 toneladas de peso y 38 metros, alcanzando los 319 metros de altura.
Lo que resulta impresionante es que su instalación no demoró más de 90 minutos, convirtiéndose así en la estructura más alta hecha por el hombre, superando incluso a la Torre Eiffel y por supuesto al Bank of Manhattan Trust Building.
El arquitecto William Van Allen fue aclamado cuando el edificio se terminó, sin embargo, su carrera como prometedor arquitecto se vino abajo al finalizar el edificio. El problema radicó en que con el afán de iniciar la obra cuanto antes, no se plasmó un contrato con Chrysler al finalizar el proyecto. Van Allen solicitó el 6% del presupuesto inicial de la construcción, una tarifa estándar que cobraban los arquitectos en las obras de New York. La inversión tenía un total de 14 millones de dólares, y le correspondía casi un millón de dólares que Chrysler se negó a pagar.
Van Allen llevó a Chrysler a juicio y ganó la demanda, pero su reputación se vio gravemente afectada. Se hizo fama de arquitecto problemático y nadie quiso contratarle, como consecuencia, le fueron cancelados proyectos que ya tenía en sus manos y no volvió a ejercer la arquitectura.
En 1930 Texaco alquiló 14 pisos del edificio y quería un lugar donde sus ejecutivos pudieran almorzar sin necesidad de abandonar la torre. A Chrysler le pareció una buena idea y dicha petición dio lugar al “Cloud Club”, uno de los más famosos de la época, que se convirtió en una mezcla entre restaurante y club privado de caballeros.
Ocupaba tres pisos entre las plantas 66-67-68. Los ejecutivos más importantes almorzaban allí, de este modo marcó una tendencia en New York, siendo el primero de muchos restaurantes en otras torres de oficinas. Cuando Texaco trasladó a sus empleados a Westchester, el club cerró sus puertas en el año 1979.